viernes, 7 de noviembre de 2008

Ciclo educativo

Talleres de bioenergía
Los sábados de noviembre de 15 a 17.30 hs. (aprox)
-Los sonidos curativos y los 5 elementos.
-Ejercicios respiratorios en quietud y movimiento.
-Técnicas para equilibrar el yin y el yang y fortalecer la energía vital.
-Cerebro y creatividad
En Aristóbulo del Valle 3324 2ºA-MDQ
Contactar vía mail: marianogiacobone@hotmail.com o por teléfono: (0223) 486-0441

Música y artes marciales

Seguramente el lector desprevenido se preguntará que tienen en común estas dos disciplinas, tan diferentes en su apariencia. Para la mente lógica es imposible encontrar semejanzas entre ellas. ¿En que pueden parecerse alguien que ejecuta una forma de espada y un violinista, por ejemplo?.
Para empezar diremos que ambas son disciplinas artísticas (el mismo nombre “artes marciales” nos remite a ello). Un instrumento afinado y la espada afilada son similares, ya que ambos son herramientas (instrumentos) del espíritu y que el practicante debe buscar su esencia espiritual profunda a través de las horas de práctica con ellos. Así lo sostenían los grandes maestros taoistas que se desenvolvían magistralmente en ambos caminos. Un movimiento de la espada samurai que corta el aire en dos, no es otra cosa que un dibujo espacial, acompañado de una música de silencios. ¿Qué es sino “música pura”, el camino que describe una flecha hasta el blanco?, partiendo desde lo más profundo del espíritu, hasta llegar al centro de la diana.
Las artes marciales y la música comparten los mismos principios: complejos acordes, juegos de silencios y melodías únicas. La ejecución de un kata, no es únicamente una ejecución marcial, sino que también es arte sonoro. Sus movimientos no son otra cosa que música, ya que el ejecutante se mueve sobre el tatami como si caminara sobre un pentagrama, o más bien como si leyera una partitura con su cuerpo.

Algunos textos metafísicos afirman que cada tipo de energía particular atrae a otras semejantes, que las bellas artes atraen a otras artes de almas gemelas; por eso es común ver a muchos artistas marciales que también hacen música, pintan, escriben, etc.
En la película “Héroe” del director chino Zhang Shimou (excelente filme, por cierto), se puede ver en un momento, al protagonista, encarnado por Jet Li, un mítico héroe tradicional chino de la espada, que antes de batirse a duelo a muerte con un enemigo, le pide a un músico ambulante que estaba en el lugar, que siga tocando su música. Y antes de comenzar la pelea dice: “Música y artes marciales comparten los mismos principios, ya que ambas tienden hacia la armonía”. Y también agrega algunos conceptos, como por ejemplo, que las dos comparten principios de ritmo, cadencia, acordes, y hasta melodías.
También es cierto el hecho que ambas disciplinas deben ser practicadas de manera regular y constante para mejorar y alcanzar la maestría, tanto es así en un estilo marcial como en un instrumento. Y para practicar consecuentemente y regularmente cualquiera de las dos vías por años, es necesaria una disciplina como la de un samurai o un monje.

Creo que tanto música como artes marciales son disciplinas absolutamente complementarias, como un yin-yang en la vida de un individuo y que para cualquier artista de las dos ramas, ya sean músicos o practicantes de cualquier estilo marcial, puede ser muy enriquecedor trabajar con la otra disciplina complementaria, así como aprender un poco de otra practica, que es muy diferente en apariencia a su práctica habitual, y sin embargo es la misma cosa a la vez, como dos caras de una moneda.
Algunos practicantes de artes marciales, tanto externas como internas acostumbran a poner música en sus sesiones de práctica (aunque es mas común de ver en quienes practican especialmente artes internas como el tai chi chuan o el chi kung). Pero no todos los maestros están de acuerdo con esto, ya que en un texto sobre tai chi se afirma que “…la música puede ser un soporte, en especial para los que empiezan, para ayudar a relajarse. También hay quien la utiliza para establecer el ritmo de ejecución de la forma y su duración. Aunque no es muy conveniente para la práctica del Tai Chi porque puede producir dependencia tanto de la música como del estado emocional que induce. El sonido ideal es el de la naturaleza.
La experiencia docente muestra que ambas disciplinas se nutren y enriquecen mutuamente en la vida de quien las practica; por eso recomendamos que quienes practican cualquiera de las dos, se inicie y conozca a la otra, para que de acuerdo a los ideales comunes de todas las artes, esto ayude a que las personas sean mas sabias y felices en este mundo.